SURF & ROCK in Portugal

Cuevas del horror en PoiosViejos rockeros en Redinha

Paredes de Poios-Redhina al fondo y al lado

Un poco de surf antes de ir a escalar sienta muy bien. Si a esto le añades un arroz con marisco, una cervecitas SuperBock o Sagres (recomiendo la SuperBock Abadia, impresionante) y unas copitas en una terraza junto al Atlántico con tu chica, la cosa mejora muchisimo. El plan de ir a Portugal se fraguó en un instante. La baja de Pacho y Tina no nos echó para atrás y Mara y yo salimos para Aveiro a las 8:30 de la tarde del viernes. A las 11:30 ya estabamos cenando en un bonito restaurante de Aveiro. Tras llenar la panza y el gaznate, un paseo por la villa (preciosa) y helado, nos piramos a sobar a Praia de Vagueira. Olas pequeñas y mucha calma para dos principiantes del surf. Con neopreonos y to la pesca, estabamos preparados para "cobabumguear" de lo lindo. Una de las tablas era la del colega Tinito, un corcho que metí en el agua y se rompió a la mitad. Era bastante cómico ver a tio de 180 y pico con neopreno y preparado como para ir a Hawai con una tabla de forro de nilon. Muchas gracias a Albert que me la prestó. Cuando coja mi ola de la vida lo recordaré como mi mecenas! Entonces, nos introducimos hasta el punto donde los grandes surfistas nos gusta estar, donde rompen las olas chicas, las de los nenos. Increible, media hora hasta que llegamos allí. To reventaos. Mara con la tabla "chachi" y yo con el corcho. El frescor del Atlántico no se nota ya. El neopreno funciona y solo nos centramos en el mar. "¿porqué no habré traido una burbuja de esas rosas?" Pensé. Este mar en calma me da muy mala espina. Después de mucho intentarlo, zas cogemos nuestras primeras olas. Revolcón y a por otra. En otros 15 min. ya estamos reventaos y con la satisfacción de haberlas gozao nos vamos pa la arena. El Arroz con Marisco se nos puede pasar y todo buen surfero necesita coger fuerzas antes de retar al mar al atardecer. Luis que es como un local más, controla la mejor cocina de Vagueira. Una olla para 10 personas que no nos la pudimos acabar. Uf grandiosa comilona con Luis, Paquí, Javier y Concha. Las 18:00 hora local. Con el botón del pantalón suelto sentomos la llamada del mar. Listos para coger más olas, nos adentramos en la playa, ésta vez en bañador. Mejor así, que notemos como se nos eriza la piel cuando cogemos esa ola magnífica y soñada. LLegamos al agua y nos damos cuenta de que no hay ni una puta ola. Plano. Cero. Calma chicha. Menuda putada. A un kilómetro tras el espigón hay un escalón guapo. Las olas rompen en él. Si acaso un metro de altura. Nos la jugamos. Si nos lo comemos de morros, pues mala suerte. Esto si que es gozarla. Con la ola (olita encima) el tema se pone burro a veces. La resaca es muy fuerte y las olas golpean con fuerza. Nos hacemos al tema y la gozamos. La próxima vez traemos las aletas. Alvaro y Ana, mis primos surferos estarían orgullosos de nosotros. Es hora de irse. Reventaos y muertos de frio. El tema neopreno es útil!!!!! En el bar se estará de puta madre. Me gusta la espuma de las olas pero mejor la de la cerveza. El día acaba como empieza, de puta madre, Mara y yo estamos muy contentos. Luis y Paquita que nos han servido de guias todo el día se lo han pasado también muy bien. Muchas gracias a ellos. Al día siguiente, piramos para Poios una pequeña escuela de caliza a unos 30 kms al sur de Coimbra. El sitio es bonito, en lo alto de una montañita con vistas muy guapas. La caliza, una mezcla entre Gama, Valdehuesa y Teverga, solo que no alcanzá más de 15 mts. unas cinco o seis chapitas como máximo. Llevamos los croquis y escalamos un par un par de V, 7a y 7b a bloque total, o mejor dicho de campus total. Al final, triunfamos en nuestras intentonas y como empieza a apretar el sol y el cansancio hace mella en nosotros, tocamos retirada. Habrá que volver con el resto de la tribu. Seguro que se vendimia bien en otoño! De vuelta, una paradita en Coimbra, y para casa. Este fin de quizás toque Asturias, sábado climbing y domingo tableo. ¿Alguien se apunta?